De tanto huir de mi ,
llegué hasta la fisura misma,
donde el dolor anida,
llegué a un sinfín de preguntas ,
sin respuestas,
y hasta la luna de mis noches,
El lejano mar que me hipnotiza,
que llega a mis sueños y se va,
y me entristece,
lo tengo entre las manos,
se me escapa,
sin suplicar libertad,
no quiero aferrarme al lamento ,
me miro y no quiero ver mi sombra,
tropiezo y subo hasta mi boca,
las penas de mi otro yo que afloran
dejadme entrar en mi ,
la propia incertidumbre de vivir…
ha comenzado
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